lunes, 13 de agosto de 2007

Culpable placer...




Todos tenemos uno. Hoy, yo confieso el mío...

El otro día, hablando con un amigo, comentábamos lo divertido que era enterarse de los hobbies raros y la obsesiones poco decorosas de la gente. En esa ocasión, NN (guardo tu identidad, no temas) me contó del suyo, no sin antes explicarme que la teoría que sustentaba los raros vicios era simple: existen los placeres confesables y los que no lo son.


" ¿Inconfesables?", pregunté yo
" Claro. Un compadre que le gusten los matinales, duerma abrazo a una mantita o use cremas y menjunjes (qué linda palabra!)" contestó el entendido en rarezas.


Luego preguntó cual era el mío y yo, arriesgándome a ser objeto de burla, le respondí orgullosa de mi debilidad: las teleseries.


Todas, no importa -como diría la canción de misa- la raza ni el color de la piel, la cebolla picada finita me encanta.

Será por mi pasado colombo-venezolano o por la simple atracción a las desgracias amorosas y los crímenes pasionales, la cosa es que no hay mejor manera de encontrar que tus problemas son chicos que cuando los pones en contraste con las desventuras de Raúl Alejandro Felipe de Castellón Molina y Algañaría con Julieta Verónica Yamilis del Valle y Mónaco Sagrado. Sin dejar de lado la guagua perdida de ambos que finalmente termina siendo la hija de la protagonista... ¡pero con su papá!

En fin, ¿ve usted que las opciones son abundantes y no sabe cúal dramón elegir? ¡Permítame recomendarle uno! Un amor indomable. Alto! No arrugue la nariz antes de tiempo, bien vale la pena ver a la nueva revelación actoral del país,Kenita Larraín, en una de las más malas actuaciones jamás vistas.

Y tú? ¿Tienes algún placer culpable? El de mi amigo pertenecía a la categoría de los incontables..... el tuyo?


miércoles, 8 de agosto de 2007

Matemático




+ Cuando terminó de explicarle que el tiempo era relativo y la distancia un mito, y él estalló en un híbrido extraño de lágrimas y carcajadas.




- Ese abrazo. Sólo después de alejarse cayó en cuenta de que sería el último.




+ El último verano jugando a escapar...dejando pistas para que pudiera encontrarla.




- El minuto exacto en que se dio cuenta de que olía su pelo para grabarlo en su memoria en caso de que no volviera.




+ Las horas en silencio.




- La manía de llenar los espacios con palabras.



+


- El presente.



G.C.